viernes, 9 de enero de 2009

Argentina es Buenos Aires, ok interior????

¡Bien! Así se dice, es preciso liberarnos de prejuicios. Hay que legalizar el tráfico de morfina, heroína, benzodiazepinas, menores de 8, mogólicos, hemofílicos para estudios prospectivos, ancianos para la prueba de la vacuna del Ébola, embarazadas para la trata de embriones, villeros para estudiar la inanición en condiciones de humedad extrema, travestis sin sida (para responder una vieja pregunta: ¿son seres humanos realmente?), roqueros progresistas, obesos/as, enfermos de toda naturaleza, kollas, tobas, aimaras, etcétera, etc., etc. Todo esto es necesario si queremos un país en serio. ¡Basta! Basta de pedir orden institucional, basta de idealizar al congreso como instrumento democrático, llego la hora de construir una verdadera república, una Francia, la tan añorada Suiza. Ah! También deberíamos traficar negros sudaneses para que corten la cocaína que le deberíamos vender a los negros y faloperos europeos (sería así: Evo nos manda las plantas de coca semi-procesadas, en Buenos Aires -la verdadera República Argentina, obvio- montamos plantas de procesamiento en donde no sólo obligamos a eso inferiores de los negros a elaborar el clorhidrato sino que además los drogamos para ver cuanto aguantan. Luego vía Bolivia la hacemos circular entre todos los animales sudamericanos con raíces mayas, incas o aztecas). Ay… como extraño el otoño de 2008, cuando veía por pantallas a la clase media porteña defender a los tobas que siembran algodón en Chaco, a los Kollas que hacen lo propio con la caña de azúcar en Jujuy, a los Guaraníes de la yerba en Misiones. A esa gente sí que le importa la tierra patria. Esos carteles de apoyo al campo eran ensayos presocráticos para los jóvenes que como yo queremos el cambio. Llegó la hora de la bancada Narco en el congreso. Por un 2009 con bicho y keta para toda la clase media capitalina –la única Argentina, insisto-. Arriba Argentina!!!

martes, 6 de enero de 2009

¿Dónde estarán los siglos?

Todo esto debería atemorizarme/
pero es una dulzura, un regreso.